Por fin estoy de vuelta en el blog y con un libro bastante especial… Más que una reseña, estas letras son mis pensamientos. Bueno, no es que si fuese una reseña sería algo peor que mis pensamientos, pero quiero decir que no hago un análisis sobre el libro o menciono cosas sobre la autora, el propósito, etcétera. Sino que te comparto lo que sentí y pensé a lo largo de esta lectura.
Creo firmemente que como nos cuenta la autora, Virgina Woolf, acerca de la literatura, también en la ciencia para poderse desarrollar: “Una mujer debe tener dinero y una habitación propia”. Este libro me recordó que no necesito permiso para ser yo y que entre todas construiremos los espacios que alguna vez fueron negados.
Me encuentro muy contenta de que este fuera el primer libro que tocó en el club de lectura «Leamos autoras» coordinado por Elyse Hernández. Es una gran introducción a la importancia de leer mujeres u.u Además, la manera de Virgiana Woolf de expresarse es tan poética que por momentos olvidaba la magnitud de los temas que hablaba, hasta que de un tirón me regresaba a la realidad.
Me sumergió entre sus letras, haciéndome nadar a través de arrecifes y corales que poco a poco me mostraron la situación real detrás de ellos. Viéndome allí, reflexionando sobre lo que me contaban, me regresaron a la superficie y el aire se sentió más áspero que antes. Así, entre un subir y bajar, las limitaciones en mis pulmones cedieron y comencé a respirar bajo del mar, a darme cuenta de lo natural en ello y la comodidad que me generaba. Vi que fuimos hechas para nadar en paz, como las otras criaturas que ya lo hacían, sin siquiera darse cuenta que algunas no tenían la oportunidad.
Quiero aclarar que Virginia Woolf no habla de arrecifes, ni de sumergirse, esa es una analogía para expresar lo que sentí al leer este ¿ensayo? Aunque sí usa otras analogías bastante bonitas y atrapantes. Es sorprendente cómo, casi 100 años después, siguen existiendo problemáticas similares a las de su época en cuestiones de género. Hemos avanzado un poco, pero aún queda mucho camino que recorrer.
Porque dos sexos son ya pocos, dada la vastedad y variedad del mundo; ¿cómo nos las arreglaríamos, pues, con uno solo?
p.120
Después de tantos años de silenciar gran parte de la población, de privarnos de tantas ideas, obras e inventos, todavía osan pregonar que existe igualdad cuando lo que necesitamos es equidad. Porque en un mundo tan diverso, después de tanto tiempo reprimiéndonos, lo que más anhelo es que todas las mujeres y personas disidentes tomen la palabra, la ciencia, las artes y el mundo, para que lo moldeen a su medida. Necesito que muestren cómo es la vida desde sus ojos.
No cabe duda que algún día, cuando la mujer disfrute del libre uso de sus miembros, le dará la configuración que desee y encontrará igualmente un vehículo, no forzosamente en verso, para expresar la poesía que lleva dentro.
p. 106
Como menciona en algún capítulo, lo que las mujeres en la actualidad somos capaces de crear, son la suma de cada una de las voces de pioneras que nos acompañan. Así como nuestros pasos acompañarán a otras mujeres.
Porque las obras maestras no son realizaciones individuales y solitarias; son el resultado de muchos años de pensamiento común, de modo que a través de la voz individual habla la experiencia de la masa.
p. 91
En la literatura, como en la ciencia, ya no tenemos prohibiciones explícitas para hacer lo que queramos. Sin embargo, esa brecha social existe, muchas veces ni siquiera me doy cuenta de la forma que toma ante mí, pero me es imposible negar su existencia. Encontré muchas similitudes entre estas dos áreas, caminos paralelos que aún no terminan de abrirse paso.
Necesitamos habitaciones propias para escribir, crear e inventar, sin que se entrometan a cortarnos nuestra actividad. También, sin duda, sin dinero es muchísimas veces más complicado enfocar nuestro intelecto y creatividad. Los casos aislados no representan la totalidad de las ideas que se podrían crear. Las tareas aún designadas por tradición vienen a dificultar todavía más todo lo anterior.
Lo que importa es que escribáis lo que deseáis escribir; y nadie puede decir si importará mucho tiempo o unas horas. Pero sacrificar un solo pelo de la cabeza de vuestra visión, un solo matiz de su color en deferencia a un director de escuela con una copa de plata en la mano o algún profesor que esconde en la manga una cinta de medir, es la más baja de las traiciones.
p.143
Ardilla Curie nació para ser una habitación propia, ya me he traicionado mucho tiempo por temor a equivocarme, por miedo a desagradar a alguien. Ya no más. Este es un espacio para todas las facetas que habitan en mí. Gracias Virginia Woolf, gracias hermana de Shakespeare. Gracias, a las pioneras en la física, a aquellas que lucharon por la educación, aquellas madres que nos criaron, a mi madre y cada mujer en mi familia. A cada mujer que sueña y sabe que podemos construir un mundo con más colores que los que conocían antes, antes de ellas, antes de nosotras, antes de las que siguen.
Muchísimas gracias por leerme, nos vemos en otra entrada ❤ Con amor e ilusión, su amiga Ardilla Curie.